29 de diciembre de 2016

Trabajar con corazón, la clave del éxito

Como dijera Betty Bender "cuando la gente va a trabajar, no deberían dejar sus corazones en casa". Trabajo y corazón. Sonrisa como seña indiscutible de identidad antes de la contratación. "Se contrata la actitud, se entrena la habilidad", acertadas palabras del doctor y escritor Atul Gawande.

Cierto es, también, que por más que se den avances tecnológicos, obligando a los negocios a renovarse o morir en numerosas ocasiones, el trato humano siempre será la clave del éxito en el mundo laboral
Esta semana he pasado bastantes horas en un centro hospitalario y he visto de todo. Algunas cosas me han reconciliado con la especie humana, otras en cambio me han hecho replantearme demasiados aspectos nada agradables y me han inspirado, de paso, a escribir el último Post de este 2016. 
Hoy no quiero poner el peso de la culpa sobre nada, ni nadie (de esto cada uno guardamos nuestras propias teorías y nos daría para muchas más líneas de las que me admite este espacio), tampoco pretendo juzgar ni justificar ningún comportamiento...solo quiero haceros llegar mi opinión sobre lo que, a mi modo de ver, es (o no) acertado a la hora de ejercer nuestro trabajo, sea este cual sea.

A nadie supone ningún agrado el hecho de tener que permanecer en un hospital, más en fechas entrañables, más aún si se ansía la mejoría de un ser querido como si de la suya propia se tratara. A nadie excepto a los empleados del lugar, suponiendo que estén por vocación y no por obligación.
Precisamente es en estas ocasiones cuando la actitud y actuación de determinadas personas en su puesto de trabajo te permite ver y ahondar en su calidad humana, en su dimensión emocional. Precisamente es a través de tales actuaciones mediante las que estas determinadas personas nos permiten observar su talento, o la falta del mismo. 

Hablando de esto ¿sabe alguien en qué consiste la GESTIÓN DEL TALENTO? No os preocupéis, que os lo cuento: Este es un proceso surgido en los años 20, que ha seguido siendo adoptado por las empresas que se han hecho conscientes de que su éxito proviene, en buena parte, del talento y las habilidades de sus empleados. 
Muchas organizaciones realizan enormes esfuerzos por atraer al talento, con el problema de que algunas pasan poco tiempo en la retención y desarrollo del mismo...en proporcionar recompensas a los esfuerzos individuales de sus empleados, aunque formen parte de un equipo (todos sabemos que en determinados grupos unos trabajan y otros hacen como si trabajaran ¿verdad?). 
¿Dónde reside el problema?
¿En las empresas y sus diferentes niveles?
¿En los propios empleados?

Es cierto que, según las condiciones particulares de cada negocio y los programas de gestión del talento que cada organización lleve a cabo. Y con llevar a cabo me refiero a ponerlos en marcha de verdad, no en la realización de un proyecto precioso e innovador que permanece encerrado en los archivos del centro. Proyecto al que todos extrañan, pero que no se utiliza...¿será porque también andamos escasos contratando profesionales de los RRHH? Y no será porque en este sector no haya calidad, ni talento...sigo ¡que me voy de tema!
A lo que iba...hay empresas que, por unos u otros motivos, no saben hacer uso del talento. Bien porque nadie les ha enseñado, porque no saben que hay que mantener motivados a los empleados y darles el valor que merecen, o bien porque desde un principio han contado con las personas equivocadas en su equipo. 
¡OJO! no estoy diciendo que existan personas que no merezcan trabajar por el hecho de tener ciertas capacidades, y no otras. Con la última afirmación me refiero a que no hay candidatos malos, ni buenos...sino personas que se ajustan mejor a unos puestos, que a otros. A todos se nos dan bien unas cosas y mal otras. Todos y todas nos sentimos cómodos y relajados en determinados ambientes, y extremadamente incómodos e insatisfechos en otros...todos deberíamos mirar dentro de nosotros e identificar, siendo sinceros con nosotros mismos, en qué cosas somos realmente útiles y capaces, qué nos gusta y apasiona, en qué lugares amamos estar y en cuáles pareciera que vamos a la horca.

Por si alguien se ha perdido, resumidamente os digo que en los párrafos anteriores quiero expresar que no en todos los casos las empresas hacen las cosas mal, como tampoco son todas las situaciones de desmotivación consecuencia del trabajador. 
El objetivo común de empleados y empleadores debe estar enfocado en una sola dirección, la de aunar esfuerzos individuales que contribuyan a los resultados del equipo, sentirnos parte de una misma organización, buscar en todo momento la satisfacción de quien viene a vernos (clientes, usuarios, pacientes, posibles compradores o inversores...) y realizar nuestras propias aportaciones desde la vocación y el corazón....especialmente cuando de trabajar con personas con problemas de salud, u otras situaciones delicadas se trata.

Para este año que entra, os deseo que encontréis ese lugar dentro del mundo laboral en el que os sintáis tan cómodos y afortunados por estar ahí, que nunca tengáis la necesidad o el impulso de dar una mala contestación, poner cara de morder limones, o mostrar impaciencia ante cualquier duda lógica que nos lancen.
EMPATÍA...bonita palabra a poner en práctica con el objetivo de transformarla en hábito para muchos. 
CARIÑO, SONRISA, CORAZÓN...más que habilidades, son auténticas capacidades que poseen las personas con las que me gusta trabajar codo con codo, a las que me gusta encontrar trabajando en los negocios donde solo pienso en repetir al salir por la puerta.

¡Feliz y próspero año nuevo, equipo!
Nos leemos en 2017...hasta entonces, recuerda que TÚ PSIQUE PUEDES.

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