10 de noviembre de 2016

5 Claves para salir de tu zona de confort

¡Al fin jueves, equipo!
Sabéis que adoro este día de la semana porque, desde el nacimiento del blog, es cuando me siento un poco más cerca de vosotros. Me encanta transmitiros lo poco o mucho que sé sobre los temas de los que os hablo semanalmente (digo poco o mucho porque todo es según desde la perspectiva, posición y experiencia de quien lee estas líneas, como casi todo en esta vida). Saber que puedo estar ayudando a numerosas personas a definir su estrategia de búsqueda de empleo, enfrentar una entrevista de trabajo o recuperar ciertos niveles de motivación cuando pensaban que los habían perdido para siempre ¡Es genial!
Desde este espacio que, como siempre digo, es mío y vuestro, quiero agradecer cada comentario recibido en las diferentes redes sociales, el propio tablón del blog y otros medios. No podéis haceros una idea de la capacidad que tiene mi piel de erizarse de emoción cuando recibo vuestras aportaciones. De corazón, vuestra opinión alimenta de comentarios el blog y de ganas de seguir hacia adelante a mi propia persona (y a esto último, amigos, le doy mucho más valor).

Dicho esto ¡empezamos!

Sabéis quién era Steve Jobs ¿verdad? Supongo que sí pero, por si acaso, os refresco la memoria...
Responded a la siguiente pregunta: si pongo un aparato electrónico entre vuestras manos (puede ser un móvil, tablet, ordenador...), le dais la vuelta y veis que detrás lleva dibujada una manzana mordida ¿qué marca os viene a la cabeza? 
Sí, equipo, el señor del que hablamos es el empresario que en 1976 fundó Apple y que, con solo 26 años, ya era millonario.
Os cuento esto porque hoy quiero abrir el tema que trataremos con una famosa cita que este empresario dejó antes de fallecer:

"Si hoy fuese el último día de tu vida 
¿querrías hacer lo que vas a hacer hoy?

Si la respuesta es que NO durante varios días seguidos, 
necesitas cambiar algo"

Si he de abriros mi corazón una vez más, he de reconocer que cada vez que he leído estas palabras me he planteado tantas cosas...pero no ha sido hasta hoy, queridos amigos, cuando me he formulado la pregunta y por vez primera he dicho alto y fuerte que SÍ. 
Esto no quiere decir que no haya área de mejora o que haya encontrado mi sitio definitivo. No quiere decir, tampoco, que no pretenda seguir creciendo y aspirando a conquistar la cima de mi sueño ¡todo lo contrario!
¿Sabéis qué significa? que estoy en el camino correcto.
¿Por qué sé que es el camino correcto? porque estoy totalmente segura de que lo que hoy hago es lo que quiero hacer el resto de mi vida.

Antes de seguir, os propongo la siguiente tarea:
Tratad de recordar todas las actividades (o la mayoría) que habéis hecho en los últimos tres días y responded a las siguientes cuestiones:
¿Sientes que el tiempo que has invertido en hacerlas a sido perdido?
¿Te sientes realizado al llevarlas a cabo?
¿Mañana te levantarás con energía y entusiasmo porque sabes que estas actividades te esperan nuevamente?
Cuando alguna de estas tareas no te da los resultados que esperabas ¿la dejas de lado o cambias la forma de enfrentarla para tratar de conseguir lo que te propusiste?
¿Haces más caso de lo que piensan los demás sobre aquello que haces, o de lo que tú piensas y sientes?
Hoy quiero que reflexionéis sobre estas preguntas porque, queridos lectores, durante mucho tiempo yo misma las he respondido desde el plano negativo y sé lo que es levantarse con desgana y apatía. 
No quiero que dejéis aparcados vuestros objetivos porque algún día algo no os salga bien o porque os hayáis acomodado a hacer las cosas de una forma que, aunque no os esté permitiendo ver los resultados que queréis, no os deja ir más allá de lo evidente.

Mi principal objetivo con esta publicación es que reflexionéis acerca de lo que estáis haciendo hoy...pues justamente es esto lo que os llevará donde queréis estar mañana.
Como también dijera el fundador de Apple, tu tiempo es limitado, por ello:

Nunca te des por vencido.
Nunca aparentes ser quien no eres.
Nunca te mantengas inmóvil.
Nunca te aferres al pasado.
Nunca dejes de soñar.

Ahora, una vez hemos reflexionado sobre lo que queremos y si estamos en el camino correcto, os animo a poner en práctica desde este mismo instante los siguientes consejos para que, de una vez por todas, salgáis de vuestra zona de confort, de aquellos hábitos que practicáis a diario en los que os encontráis totalmente seguros, pero que no os están dando resultados, ni os proporcionan la felicidad que merecéis. 

1. Proponte pequeños desafíos diarios: Como dijera Eleanor Roosevelt "haz todos los días algo que te dé miedo".
Si lo que estás haciendo hoy no te está llevando al lugar donde quieres estar, empieza por plantearte pequeños retos diarios, alcanzables y relacionados con tu objetivo final. Estos desafíos deben sacarte de tu rutina habitual, de tu forma de hacer las cosas...porque justo es esta manera de actuar la que no te está funcionando. 
Los retos de los que te hablo tienen que generarte un poco de ansiedad. Esta será la mejor señal de que estás saliendo de tu zona de confort ¡OJO! no te estoy diciendo que hagas nada del otro mundo o que empieces por tirarte de un paracaídas si te dan miedo las alturas...hay que ir pasito a paso.
Te pongo un ejemplo: Raquel tiene 26 años y trabaja en McDonald´s. Raquel no es camarera, solo que actualmente es su ocupación. Esta chica es diseñadora gráfica y sueña con montar su propio negocio online de artículos de papelería creativa. Si se limita a levantarse cada día, ponerse el uniforme y no hacer nada distinto, probablemente nunca alcance su sueño de emprender y dedicarse a su pasión. Un pequeño desafío en la vida de esta soñadora puede ser el hecho de asistir a algún centro donde asesoren a jóvenes emprendedores.

2. Cambia tu rutina: Imagina que llevas 7 meses buscando empleo. Tu rutina es la de levantarte, comerte una tostada con un rico café, sentarte en el sofá con la batamanta y el moño en lo alto de la cabeza, el portátil sobre las rodillas y las lentejas haciéndose a fuego lento en la cocina. Te pones a revisar los diferentes portales de empleo y, sin hacer distinción de ningún tipo, te inscribes en todas las ofertas habidas y por haber.
Sigues tu rutina diaria y a la hora de acostarte recapacitas cayendo en la cuenta de que, un día más, no has conseguido ni una sola entrevista.
Ahora, hazme caso: mañana, después levantarte y desayunar (eso no te voy a decir que lo cambies porque yo soy la primera que no toma su café y está de un humor de perros), vístete, piensa en una de las empresas de tu ciudad en la que te gustaría trabajar, adapta el curriculum a este lugar según el puesto que pretendas ocupar y ve hacia allí. Nunca sabes lo que las personas de estos lugares  pueden estar necesitando de ti. Puede que busquen a alguien con iniciativa y ¿hay mejor forma de demostrar esta competencia que dirigiéndote al lugar directamente y demostrar tus ganas?
Pues bien, una vez hecho esto, repite esta acción las veces que creas necesario.

3. Conoce a gente nueva: Apúntate a cursos, asiste a ferias y congresos, lleva tus tarjetas de visita o curriculum, ponte tu mejor sonrisa y, aunque en un principio te cueste entablar conversación o responder públicamente a  las preguntas de los ponentes, hazlo. 
Diferénciate del resto, muestra a todos de qué madera estás hecho. Una vez más, sal de tu zona de confort. Ampliar tu red de contactos, comenzar a destacar entre los profesionales de tu sector difícilmente va a restarte puntos. 
¡IMPORTANTE! Actúa con naturalidad. 

4. Deja a un lado tus miedos y excusas: Tienes que ser consciente de que, al principio, salir de tu zona de confort va a resultarte algo incómodo. Siempre genera menos tensión apuntarte a las ofertas de Infojobs, que presentarte en la empresa donde quieres trabajar solicitando una cita con alguna persona responsable ¿verdad? Pero, dime ¿cuál de las dos situaciones piensas que puede acarrearte mayores recompensas y satisfacción personal?
Hacerte consciente de las excusas que te plantearás para no hacer determinadas cosas puede ayudarte. Anota tus miedos, identificarlos hará que puedas plantarles cara y decirles que no tienen cabida en este proceso.

5. Pregunta cómo te ves desde fuera: A la hora de abandonar un estado en el que nos sentimos cómodos, es importante conocer cuáles son nuestros talentos y qué podemos mejorar de nosotros mismos. De esta forma, serás consciente de qué puntos debes afianzar y qué aspectos requieren ser mejorados. Esta misma noche, pregunta a alguna persona que te conozca bien qué es lo que ve en ti. Asegúrate de que esta persona sea crítica y objetiva. Puede sorprenderte, y mucho, el hecho de conocer cómo te ven desde fuera. 
Sabiendo cuáles son tus puntos fuertes y débiles llevarás una importante ventaja a la hora de enfrentar las situaciones que te he comentado un poco más arriba ¿verdad?

Hasta aquí hemos llegado...aunque no quiero despedirme sin recordarte una vez más que confío en ti y en que alcanzarás tus objetivos, porque TÚ PSIQUE PUEDES, solo tienes que intentarlo.

¡Buenas noches equipo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario